¡Chissst...!

Luego os cuento un poco más sobre mi y mi relación con la literatura, pero quiero comenzar este blog comentando el trabajo de un gran escritor: Antón Chéjov.

Hace tiempo me autoregalé un ejemplar de "Cuentos imprescindibles", con edición y prólogo de Richard Ford, editada por Lumen. Este volumen recoge algunos de los relatos escritos por Chéjov, veinte para ser exactos, seleccionados por Ford y a mi gusto, muy acertadamente.
Es esa sencillez y a la vez esa crudeza, esa nostalgia y a la vez esa ternura lo que caracteriza a los relatos de Chéjov, esa concisión y esa habilidad para decir tanto en tan pocas palabras lo que más me atrae de su obra.
Dramaturgo y narrador ruso, nacido en 1860, nieto de un siervo liberado, hijo de un humilde tendero, Chéjov comienza su carrera literaria enviando cuentos a diversas revistas para remediar la extrema pobreza en la que vivía su familia. Más tarde, ingresaría en la facultad de medicina donde seguiría con su afición literaria y comenzaría a escribir sus obras más conocidas.
De este libro de sus relatos, he elegido ¡Chissst...!, por su brevedad y por su relación con el arte de la escritura.  Y digo arte, porque nunca debería dejar de serlo. De otra forma, las dulces musas pueden convertirse en monstruos insaciables.
El relato nos muestra unas horas en la vida de Iván Yegórovich Krasnujin, anónimo colaborador en un periódico de la época, que se revela contra la monotonía y la crueldad de escribir por encargo, de ser uno más entre un montón de "cohibidos" y "mudos" trabajadores de oficinas de redacción y que, cuál Dr. Jekyll y Mr. Hyde, se transforma en un descarnado "déspota", un "tirano", un astro rey de su humilde hogar, su altar, su paraíso,donde dar rienda suelta a su talento.
!Chissst...!, exige una y otra vez, ¡Chissst...! ordena a su sumisa esposa, a sus críos que berrean, a las cocineras que roncan..." ¡Escribir por encargo! ¡Es horroroso!"- se lamenta.